Pablo Antonio Martinez

Pablo Antonio Martinez, Ed.D., 37, passed away suddenly at his home in Brooklyn, New York, on Sunday, April 18, 2021. Pablo lived with his roommates. He served as French & Spanish
teacher as well as tennis coach at Riverdale Country School. He also served as Spanish teacher at St. Joseph’s College. Pablo loved his family, friends, students, and colleagues.

Born on November 13, 1983, in San Salvador, El Salvador, Pablo came to live in Los Angeles, California at the age of five. He leaves behind a host of friends and family including his uncles,
his aunts, his cousins, his three beloved sisters Brenda, Cynthia, Nancy, his abuela Blanca Rodriguez, his father William, and his mother Dora with whom he shared an incomparable love.

Pablo did not just work; he was a consummate educator and lifelong learner. With over 15 years of experience, Pablo saw teaching as a vocation for uplifting young people and sharing the joy of learning. A rising star in his work, Pablo helped build access and opened opportunities for his students so that they could transform the world through the power and connection of languages. He spoke Spanish, English, French, Portuguese, and Arabic. And, he seized every opportunity to travel to various parts of the world to immerse himself in different cultures and experience living with compassion and humanity.

An advocate for human rights and empowerment, Pablo used education as a tool to spread enlightenment and welcome. He supported the LGBTQIA+ community, the Black Lives Matter movement, the #StopAsianHate movement, and all immigrants fighting for equality and fair access. Earning several advanced degrees and writing a dissertation about ensuring community- college students’ rights through proper health and student life services, Pablo’s work served as a beacon of care and courage in the field of education.

Beyond work, family, friends, and travel, Pablo loved music (especially Mariah Carey), health & fitness, and delicious foods (like Korean BBQ). Pablo will be sorely missed, but his zest for life, living, and love will be forever remembered by, cherished by, embraced by, and passed on to all those he knew.

Pablo Antonio Martínez, Ed.D, falleció a la edad de 37 años de manera inesperada en su hogar en Brooklyn, Nueva York, el día domingo 18 de Abril de 2021. Pablo compartía su hogar con compañeros. Él impartió clases de español y francés y era entrenador de tenis en Riverdale Country School. También fue docente de español en St. Joseph’s College. Pablo amaba a su familia, amigos, estudiantes, y colegas.

Nacido el 13 de Noviembre de 1983, en San Salvador, El Salvador, Pablo se mudó a Los Ángeles, California a la edad de cinco años. Pablo deja atrás un sin número de amigos y familiares incluyendo tíos, tías, a sus queridos primos, sus amadas hermanas Brenda, Cynthia, y Nancy, a su abuela Blanca Rodríguez, su padre William, y su madre Dora con quien compartía un amor inmenso.

Pablo no solo se dedicaba a su trabajo; él fue un educador ejemplar y un aprendiz eterno. Con más de 15 años de experiencia, Pablo tomó la pedagogía como una vocación y herramienta para motivar a los jóvenes y compartirles su entusiasmo y su sed por el aprendizaje. Como una estrella siempre ascendente en su profesión, Pablo facilitó el acceso y apertura a puertas que eran oportunidades para que sus estudiantes transformaran al mundo a través del poder y los enlaces que nos proporcionan los lenguajes. Él se comunicaba en inglés, francés, portugués, y árabe. Aprovechaba cada oportunidad para viajar a varios países del mundo para conocer diversas culturas y experimentar vivir con compasión y humanidad.

Impulsado por la abogacía de los derechos humanos y el empoderamiento, Pablo utilizó la educación como una herramienta para difundir luz y amparo. Él apoyaba a la comunidad LGBTQIA+, el movimiento Black Lives Matter, el movimiento #StopAsianHate, y a los inmigrantes que luchan por equidad y acceso justo. Al obtener varios posgrados y completar su tesis sobre cómo asegurar los derechos de los estudiantes en colegios comunitarios a través de la aportación de servicios de salud y vida estudiantil, el trabajo de Pablo sirvió como un modelo de cuidado y valentía en el campo pedagógico.

Más allá de su trabajo, familia, amistades, y viajes, Pablo amaba la música (en especial a Mariah Carey), la salud y el ejercicio, y la comida deleitable (como el BBQ Coreano). Extrañaremos profundamente a Pablo, pero su entusiasmo por la vida, por vivir, y su amor será recordado, apreciado, abrazado, y transmitido a todos los que tuvimos la fortuna y el honor de conocerlo.